El desafortunado criador de la región de Kemerovo se encontró en el epicentro de eventos curiosos, pero al mismo tiempo tristes.
El hecho es que durante mucho tiempo este agricultor, que vive en la ciudad de Prokopyevsk, se negó resueltamente a pagar una multa. Hubo un tiempo en que un hombre conducía un vehículo ebrio, por lo que el estado le impuso sanciones. Sin embargo, el granjero no se apresuró a separarse con 30 mil rublos, y la deuda había estado pendiente de él desde la primavera pasada.
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Los alguaciles acordaron recoger el caballo, pero dejaron al animal al moroso para su custodia. Sin embargo, al día siguiente, el criador de caballos lamentaba haberle ofrecido a su estado su caballo, cuyo valor se estima en 50 mil rublos. Cuando los alguaciles volvieron a aparecer ante el hombre, se negó a devolverle el semental. En cambio, pagó la multa en su totalidad con dinero y admitió: se separó del caballo.