En Zimbabwe, miles de agricultores de 2000 a 2001, bajo el programa estatal de reforma agraria, se vieron obligados a abandonar sus granjas, a veces por la fuerza.
Entre 2.000 y 3.500 agricultores fueron expulsados de sus granjas, y algunos solo tenían ropa en sus cuerpos. Durante muchos años, los reclamos de compensación de los agricultores han sido ignorados, pero últimamente las cosas han comenzado a cambiar.
El gobierno del presidente Emmerson Mnangagwa ha comprometido a los agricultores afectados a hacer un pago provisional provisional de $ 16 millones. Al mismo tiempo, un grupo de agricultores, unidos en la Unión de Agricultores Comerciales (UFC), cree que esta cantidad está lejos de ser suficiente: la Unión afirma que a sus miembros se les debe pagar una indemnización de hasta $ 9 mil millones.La necesidad de pagar una compensación está registrada en la Constitución del país, adoptada en 2013, y comenzó bajo el presidente Mugab, pero solo en partes. Las autoridades se comprometieron legalmente a pagar la infraestructura, como edificios y presas, pero se negaron a pagar una compensación por los bienes muebles, como tractores y tuberías de riego.
El gobierno dijo que no compensaría a los agricultores por el costo de la tierra perdida, que siempre ha sido uno de los principales elementos de contención. En 1980, Zimbabwe se independizó del gobierno de la minoría blanca. En ese momento, la mayor parte de la tierra cultivable del país pertenecía a aproximadamente 4,000 agricultores.El objetivo de la reforma agraria, dirigida a redistribuir la tierra de "propiedad blanca" en favor de los agricultores negros, era corregir los errores coloniales. En 2000, el gobierno comenzó la confiscación real de la tierra de los granjeros blancos. Hasta la fecha, la cuestión de la propiedad de la tierra sigue siendo la más emocionante en Zimbabwe.