La falta de rentabilidad obliga a los agricultores españoles a abandonar los cultivos, especialmente los cítricos.
Según el Consejo de Agricultura, en la provincia de Castellón (España), el área ocupada por el cultivo de cítricos ha disminuido en un 20% en los últimos 20 años. El cultivo de aceitunas, almendras, cereales o vegetales también ha disminuido.
El Secretario General de la Unió de Llauradors i Ramaders, se quejó de que los jardines todavía están abandonados debido a la incapacidad de beneficiarse del cultivo. Hizo hincapié en que el factor clave que podría mejorar esta situación es el pago de precios justos a los productores.
Los altibajos en la cadena de distribución y la competencia desleal de países como Sudáfrica también son dos factores a considerar.
En la mayoría de los casos, un retrato colectivo de un agricultor que se niega a cultivar cítricos es un pensionista anciano que no tiene la oportunidad de mantener granjas de forma independiente. Como regla, se heredan de una familia con variedades que tienen un bajo valor comercial.